Es la Ley

Es la Ley surge ante la necesidad de un foro serio, con el objetivo de concienciar a nuestro pueblo en sus derechos ciudadanos. Este blog, a su vez integra la filosofía jurídica con la realidad que vivimos en el Puerto Rico de hoy. Queremos un cambio, pero un cambio verdadero, que surja desde el alma y se traduzca en el bienestar de Nuestro Pueblo. En este espacio podrás contribuir con tu opinión y ser parte de la gesta y transformación hacia el Puerto Rico que merecemos.

En un esfuerzo conjunto surge el programa radial Es la Ley, cuya misión es la asesoría, análisis y discusión de asuntos legales y temas de actualidad. Cada programa cuenta con un tema distinto o de seguimiento del programa anterior, donde se discute y analiza la ley y el derecho aplicable a los asuntos de interés actual en Puerto Rico, Estados Unidos y el mundo entero.

Los temas son discutidos y desarrollados a través del conductor y moderador del programa, Lcdo. J Antonio García García, y podrán incluir entrevistas con invitados directamente relacionadas con el tema del momento.

Cada programa es realizado en vivo, y para un mejor desarrollo y discusión del tema reseñado, incluirá una sección de llamadas telefónicas para la participación ciudadana, a través de preguntas o expresión de opinión.

lunes, 5 de julio de 2010

Las Personas con Impedimentos: sus Derechos y Reclamos

  El pasado jueves, de 1 de julio de 2010, “Es la Ley” recibió la visita de la Lcda. Yessica M. Guardiola Marrero, quien es la Presidenta de la Comisión para los Derechos de las Personas con Impedimentos del Colegio de Abogados de Puerto Rico, y Especialista en Asistencia Técnica del Movimiento para el Alcance de Vida Independiente (MAVI). Juntos, desarrollamos la temática que teníamos como objetivo ante los pedidos de nuestros radio oyentes; los derechos que le asisten a las personas con limitaciones físicas, mentales o sensoriales.



Nuestra invitada tuvo a su cargo la discusión de los derechos y beneficios que enmarca la ley federal “Americans with Disabilities Act” (Ley ADA),  y a este servidor, la introducción a las leyes locales, dado el hecho que para un futuro Programa vamos a dedicarlo a esta especialidad, junto con la Oficina de la Procuraduría de las Personas con Impedimentos.



 Las estadísticas señalan, que el 26.8% de nuestra población mayor de cinco años, tiene algún tipo de impedimento, lo que es indicativo de la necesidad existente, y de la importancia del Gobierno y otras entidades públicas y privadas, para el alcance de la plena calidad de vida y desarrollo de las capacidades de este importante sector poblacional.



De conformidad con la Ley, persona con impedimentos, se define como aquella que tiene algún impedimento físico, mental o sensorial que limita sustancialmente una o más actividades esenciales de su vida; tiene un historial o record médico de impedimento físico, mental o sensorial; o es considerada que tiene un impedimento físico, mental o sensorial.



El Estado Libre Asociado de Puerto Rico, reconoce como política pública el principio de igualdad humana como elemento rector de nuestro sistema social, legal y gubernativo; por lo que en el transcurso de los últimos treinta y cinco años, se ha aprobado numerosa legislación con el fin primario de crear conciencia hacia la integración e inclusión, y eliminar barreras que impiden el desarrollo esencial y productivo en la personas con impedimentos.



El 26 de julio de 1990, el Presidente George Bush aprobó la Ley ADA, ley de Derechos Civiles de alto rango, que prohíbe el discrimen por razón de impedimentos (y hacia el que, aunque no lo tenga, así parezca), además de establecer el acceso igual, inclusión y equidad en todos los aspectos de la sociedad. Esta Ley se divide en cinco títulos y cubre áreas esenciales como lo son, el empleo, los acomodos razonables, el discrimen por la persona estar limitada sustancialmente o tener historial de impedimento, en una o más de las actividades principales de la vida, tales como: cuidarse a sí mismo, comunicarse, comer, ver, oír, caminar, aprender, concentrarse, trabajar, etc.



 La Ley, se extiende en su aplicación en los servicios públicos, privados con acceso al público general, entidades religiosas, rama legislativa federal y telecomunicaciones, entre otros. Se establecen excepciones, que por su especificidad deben verse en su texto.



Esta Ley, ordena a las entidades cubiertas que ofrecen servicio público a que, entre otras cosas, revisen sus políticas y procedimientos, desarrollen un plan de transición para remover barreras y adopten reglamentación para atender reclamos. Las personas pueden optar por presentar querella o presentar demanda judicial dentro del término de 180 días siguientes al acto discriminatorio.



Así también, esta Ley obliga al sector privado a que la comunicación con las personas con impedimentos sea igual de efectiva que con los demás, incluyendo el proveer asistencia y servicios cuando sea necesario, para eliminar las barreras de comunicación. Por otro lado, proveer alternativas de acomodos, cuando el remover barreras no sea viable y cumplir con los requisitos de diseño en todas las mejoras y nuevas edificaciones.



Es importante señalar que para todo reclamo con relación a controversias de incumplimiento en el empleo, las querellas se radican en el “Equal Employment Opportunity Commission”, que en Puerto Rico queda en la Torre de Plaza Las Américas, en Hato Rey.



La Ley ADA tuvo enmiendas que fueron aprobadas el 25 de septiembre de 2008, por el Presidente George Bush, hijo, y que entraron en vigor el 1ro de enero de 2009.



Para orientación gratuita, y para la asesoría necesaria con relación a la Ley ADA, pueden comunicarse con el Northeast ADA Center y MAVI al 787-758-7901.

En Puerto Rico, existe variada legislación en beneficio de las personas con impedimentos, entre éstas podemos mencionar, la Ley 2 de 27 de septiembre de 1985, Ley de la Oficina del Procurador de las personas con Impedimentos; la Ley 81 de 27 de julio de 1996, enmendada, Ley de Igualdad de las Personas con Impedimentos; la Ley 51 de 7 de junio de 1996, enmendada, Ley de Servicios Educativos integrales; la Ley 354 de 2 de septiembre de 2000, Ley para ordenar a las Agencias  la cesión de turnos de prioridad a personas con limitaciones físicas, mentales o sensoriales, y la Ley 238 de 31 de agosto de 2004, la Carta de Derechos de las Personas con Impedimentos. Sobre éstas, y otras importantes leyes en beneficio de nuestra gente, estaremos dialogando en un próximo encuentro en “Es la Ley”. 

viernes, 2 de julio de 2010

Puño y Pedrá Vs. Macanazo y Gas Pimienta

Lo que sucedió el pasado miércoles, esas imágenes que han recorrido el Mundo entero, denigran el buen nombre que nuestra Isla, por años, ha ganado como pueblo democrático.

Hemos tenido momentos gloriosos de lucha, cuyo resultado provocó la aprobación e implantación de grandes leyes que cambiaron el rumbo de nuestra historia, y que nos sitúan como País de vanguardia. Como ejemplos tenemos, el  1873,  año en que se proclamó la abolición de la esclavitud; el 1917, aprobación de la Ley Jones, donde los puertorriqueños obtuvimos la ciudadanía, reconociéndose así la igualdad de nuestros derechos frente a toda la nación americana; 1929, año en que se reconoció el voto a nuestras mujeres;  año 1947,  marcó el comienzo de nuestro derecho a escoger nuestro gobernante, que hasta ese momento era designado por el Presidente de los Estados Unidos, Presidente que aun hoy, no tenemos derecho a elegir; 1952,  año en que se aprobó la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Ley Suprema que al momento de su aprobación representó la garantía de unos derechos fundamentales y medulares que muchos países en el Mundo ni podían tan siquiera soñar en obtener. Además de esto, contamos con un sistema republicano de gobierno, bajo el poder sopesado de tres ramas, a saber, el Ejecutivo para implementar las leyes y hacerlas cumplir, la Legislatura dividida en dos Cámaras, investidas del poder investigativo con el propósito de aprobar leyes, que cónsonas con nuestra cultura, sean el vehículo por el cual se sustente el orden, y finalmente; el  poder Judicial, con Tribunales de Primera Instancia, Tribunal de Apelaciones y un Tribunal Supremo, con el fin de interpretar las leyes y garantizar que se salvaguarden los derechos adquiridos.

Si observamos detenidamente, somos agraciados al contar con un andamiaje gubernativo totalmente democrático y con unas garantías fundamentales de respeto a la vida, la libertad y al pleno disfrute de nuestras posesiones privativas. Por otro lado, Dios nos bendijo con un clima y un sol maravilloso todo el año, playas, campos y ciudades que nada tienen que envidiar de otros países. Nuestra cultura única, nuestras costumbres de gran arraigo espiritual, y un idioma rico con expresión histórica y con sabor a  guitarra, tambores y maracas.

Somos un Pueblo bendecido, gente de talento, belleza y de gran instrucción;  lo tenemos todo para ser felices.

Sin embargo, las imágenes que se vieron ayer a traves  de los medios televisivos de nuestro País, son la punta de lanza para que nos detengamos a pensar y preguntarnos en qué estamos fallando como pueblo.

Esa guerra de insultos, pedradas, de, “te tiro con palos y basura, y tú me ripostas con macanazos, inuendos y gas pimienta”, no es mas que falta de atención a la necesidad básica de todo ser humano: la necesidad de ser escuchado, pero realmente escuchado, con la implicación de enmienda, de compromiso, cambio y perdón.

Nuestro pueblo no merece jamás que se le caiga a palos, nuestras leyes y nuestros derechos fundamentales no lo permiten; así también, nuestras Instituciones se respetan y no pueden ser susceptibles so color de gesta a que sean usurpadas; nuestras leyes, derechos fundamentales y  el sistema democrático de gobierno lo impide, de lo contrario seríamos presos de la anarquía y el eventual abuso de poder.

Como Isla, necesitamos de los negocios y de la inversión extranjera, pero, ¿quién, y qué extranjero querrá invertir en negocios, cuando, la inestabilidad, la incertidumbre, y la falta de concordia es lo que se exhibe? ¿Quiénes son los asesores, lo que aconsejan, o como dirían en el barrio, los que meten puya a nuestros líderes, si es que se les puede llamar así? Líderes de ambos o múltiples bandos, que como seres humanos, necesitan del buen consejo.

No caigamos en la trampa de seguir dividiéndonos por grupos, tribus ni mucho menos bajo la farsa de identificarnos y separarnos como penepes, populares, separatistas, hostosianos, pelús, estudiantes, cristianos, macheteros, federales, en fin, en víctimas y victimarios. Etiquetas que son secundarias a nuestra identidad como nación.

Somos Puerto Rico, Boricuas que tenemos que hacer valer nuestros Derechos, pero con el respeto a nuestras leyes y nuestras Instituciones, no por las personas que las representan, sino por la historia e idiosincrasia como pueblo que nos identifica.

“Es la Ley”, reclama y se une hacia la búsqueda de nuestro bienestar social, recabando se respeten los derechos fundamentales de libre expresión, así como libertad irrestricta de prensa en los asuntos públicos que se discuten en nuestra Casa de las Leyes.  Sin embargo, libertad no es sinónimo de libertinaje, por tanto, los derechos se acogen y se practican con respeto, tolerancia y sin menoscabar las diferencias o disidencias, que tan necesarias son en el gobierno democrático en que vivimos.

El Gobierno, como ente maduro y respetuoso, tiene que dar ejemplo de sana conducta democrática, del diálogo, de la mediación, del consenso y sobretodo de lo práctico en sus acciones y determinaciones. Su presencia en cada oportunidad de interacción, debe dejar el halo de la sabiduría como huella indeleble a seguir por futuras generaciones, pero mas que ésto, siempre deberá actuar bajo el entendimiento innegociable que jamás el pueblo claudicará de sus derechos fundamentales adquiridos.

Nosotros, como pueblo, tenemos que unirnos con un mismo lema, propósito y mensaje, sin perder el norte de lo que pretendemos y sin olvidar nuestra historia y de dónde venimos. Lo que es fundamental en el Derecho, y que llanto y pena costó a nuestros ancestros lograr, no lo podemos negociar. Sin embargo, como pueblo evolucionado, tenemos que darnos cuenta que el que se atreve, no necesariamente tiene la razón, que el que levanta su mano en acto de vejación muchas veces no está mirando, ya sea por ceguera, ignorancia o por maldad, las consecuencias de sus acciones u omisiones. Hay actos, que por su naturaleza misma, hacen que nadie gane y todo el mundo pierda, y esos son precisamente los actos que en estos momentos históricos estamos viviendo, por lo que hay que cambiar de método.

Siempre he dicho que la diferencia la hace la persona no la posición. La posición es un instrumento y un privilegio, que acompañado del compromiso y espíritu de servicio arraigado, así como de sanidad mental y balance espiritual, llevaran a la persona que la ostenta a brillar en bienestar de nuestro pueblo. Cuando hablo de posición, es cualquiera que sea, no tan solo las de Gobierno, sino también la de nuestros líderes comunitarios, religiosos, cívicos y sobretodo, jueces, que imagínense, cuando vemos jueces juzgando cuando ni en su vida misma lo han hecho bien.

Es imperativo, que para la posición que sea, nos aseguremos que las personas que se designen o se elijan sean las adecuadas para la posición que aspiran. Por otro lado, como Pueblo, tenemos que unirnos bajo la identificación que nada ni nadie cambiará, porque solo se logra con el nacimiento, que es la de ser puertorriqueños y puertorriqueñas. Mientras estemos divididos en grupos o tribus, ya sean de afuera o dentro del Gobierno, solo encontraremos el choque y la confrontación. Dios nos Bendiga.

¿Qué tema te gustaría que discutiéramos en los próximos programas?